Digamos que por la ladera de la
montaña de encima del pequeño pueblo de Villanueva de la Dehesa se asomaba un
sol radiante y sonriente como si se tratara del pequeño bebé de la serie
aquella de los bichos de colores que algún día vimos cuando éramos pequeños.
Nos encontramos, eso sí, en el
sur de España, no sé si el pueblo existirá, si existe y está en el sur, pues
bienvenidos sean los lectores de esa pequeña localidad, sino, me ha salido de
mis neuronas nobles.
Concretamente, en la casa de doña
Hermenegilda, digo doña porque pega con el nombre, en realidad Hermenegilda
Hernanda poco tiene de señora. Más bien nos encontramos ante una señorita de 25
años, recién licenciada en esto de los dientes… como se llamaba, ah sí, odontología
y en busca de su nueva clínica para empezar a ejercer como dentista para así
desarrollarse en lo suyo.
Cerca de ella, pero sin todavía
saberlo, nos encontramos a doña Rocío (tiene de doña lo mismo que la anterior),
la cual venía de la estepa rusa, pero llevaba viviendo en España desde que era
pequeñita, concretamente en la Isleta y a los 10 años ya emigró hacia la
península. Rocío Dasoul, contrariamente a Hermenegilda (o Herme como la
llamaremos a partir de ahora) era recepcionista de una clínica dentista situada
enfrente del ayuntamiento de la pequeña localidad, por lo que es más que obvio
que los caminos de nuestras protagonistas pronto se van a cruzar.
Volvamos con Herme.
Como bien dije, ya había salido
el sol, y su despertador de las 7 estaba sonando como un descosido por lo que
con la desgana que tanto caracteriza a los españoles le dejó caer el brazo
encima y lo apagó tirándolo al suelo. Se sentó en la cama con ojos legañosos y
llorosos debido al gran momento de la fase REM de la que estaba disfrutando
(todos sabemos que no hay nada mejor que soñar con “Losing my religion” como
banda sonora a todo aquello que te pasa). Miró a la ventana, bueno, más bien a
la cortina cerrada y mientras intentaba recordar lo que estaba soñando iba
pensando como levantarse de la cama con alegría e ímpetu.
Y allí se encontraba, en ropa
interior, con su esbelta figura la cual estaba realzada por aquel sujetador
negro de encaje el cual realzaba sus turgentes pechos y sus correspondientes
bragas a juego con el mismo, mientras un pequeño rayo de sol entraba por el
hueco entre las dos cortinas haciendo brillar en diagonal su vientre perfecto a
la vez, que tanto una lágrima de sueño se deslizaba por su mejilla y otra de
sudor (estamos en verano, recordad, sur de España) empezaba a deslizarse
lentamente por su seno izquierdo en la dirección del rayo de sol que la
iluminaba directa a su ombligo.
Entonces oyó algo y se levantó a
correr la cortina. Allí estaban, dos pequeñas palomas, queriéndose como si dos
enamorados en París se trataran.
En vez de espantarlas, se quedó
allí observando, envidiosa, celosa, sorprendida de porque en un mundo tan
grande y con tantas palomas estaban esas dos enfrente a su ventana para ahondar
aún más su crisis sentimental, pero no por ello era una forma de empezar mal el
día, así que abrió la ventana y fue a su ritual mañanero que correspondía en la
ducha matutina y el posterior desayuno.
Éste, correspondía en dos
tostadas con mantequilla, doradas en su punto perfecto el cual brillaba sobre
la cocina tipo barra americana que poseía con el respectivo café artesanal colombiano
que pedía por correo para amanecer con el mejor sabor de boca posible con el
pequeño chorro de dulce de leche, la cucharada de azúcar y la correspondiente
leche a una temperatura óptima para el calor que estaba viviendo (con hielos). Después
de ello normalmente se iba a pasear, correr un poco o cualquier cosa que le
hiciera aprovechar la mañana.
Hoy no era día para el ocio, hoy
tenía una entrevista de trabajo en la clínica que se encontraba frente al
ayuntamiento, así que tenía que encontrarse lo más radiante posible y con unos
dientes ejemplares para llevar a cabo la mejor impresión posible. Es decir, se
lavó los dientes 4 veces (como hacemos todos los días que tenemos revisión en
el dentista), se pasó el hilo dental, un poco de blanqueador y tirando.
Tomó el ligero paseo desde su
casa hacia la clínica dentista, puesto que vivía a escasos 300 metros y cuando
llegó indicó a la recepcionista cual era su objetivo y posteriormente se sentó
a esperar a que la llamaran. Mientras, se dispuso a observar el establecimiento
con detalle, pero no pudo concentrarse puesto que los ojos de la recepcionista
le habían llamado la atención y se volvió a fijar en ellos, dándose cuenta de
obtenía una mirada de vuelta a la suya con la misma cara de concentración. Sus miradas
se cruzaron de una manera sorprendente, como si lanzaran pequeños rayos que en
vez de chocar se desviaran para ser recibidos.
Segundos después, sonó el teléfono
y rocío le indicó a Herme que pasara para llevar a cabo la entrevista. Se cerró
la puerta y ya no se oyó nada más. Y allí estaba Rocío, sola, puesto que aún no
había abierto la consulta, por lo que tenía más que tiempo de sobra para pensar
en lo que había pasado. Mencionando temas como la bisexualidad de la señorita
de la que nos encontramos hablando en este momento, se puso a darle vueltas, el
que, el por qué y todas esas palabras que hace nuestro jodido pensamiento con
el objetivo de volvernos más locos aún de lo que ya hemos nacido por esta
naturaleza tan abstracta en la que nos toca formar parte y hacerla más y más antinatural
de lo que en su día fue llamado alguna vez naturaleza.
Después de todas estas preguntas
hiladas una sobre otra puesto que la respuesta de una ocasionaba 5 más, se
centró en una de todas ellas, la cual venía a ser algo así como “¿Qué hago?”. Y
bien, pues como seguimos hablando de nuestra alocada mente que actúa de forma
lógica hizo lo normal, que vino a ser un adiós con una sonrisa cuando esta
abandonó la clínica.
La parte buena de todo esto es
que si algún tipo de destino ha existido alguna vez en este mundo, en este caso
iba a actuar en forma de nueva contratación para esta clínica dentista (también
ayudó un poco que fuera la única dentista que se presentó a la entrevista en
este determinado momento en el cual se necesitaba una con urgencia puesto que
el actual dentista del pueblo se había jubilado y ahora se dedicaba a ser
dentista, pero de burros y otros animales de campo en sus últimos días de su
preciosa vida de amargar a niños pequeños con un instrumento que hace un ruido
infernal que probablemente es con el que nos reciba el diablo cuando lleguemos al
infierno al que todos y cada uno de los humanos iremos, recordad, el
confesionario solo sirve para que el cura tenga algo que hacer en la iglesia,
no para absolver a trote y moche).
Nos podríamos extender en la vida
por separado de las dos señoritas hasta ahora presentes de esta historia, pero
ahora que hemos encontrado algo curioso en toda esta historia vamos a
centrarnos en ello.
Todos los días por la mañana
Herme llegaba a la consulta como bien es lógico (no conozco aún a dentistas a
domicilio, pero ya que estamos, vamos a imaginar cómo sería...).
- Lapsus de la historia, ahora seguimos:
Entrada en
youtube > Buscar: Cómo sacar uno de los cordales. > Guión del vídeo (id imaginando un poco las imágenes):
“Hooooola amigos, hoy en “se tu propio dentista” vamos a aprender a sacarnos las muelas del juicio o cordales, para ello necesitaremos unas alicates o algo para poder sujetar con fuerza el diente, muchas drogas y también mucho alcohol para no sentir nada de nada. Además, comprar un cubo puesto que la pérdida de sangre con estos métodos puede llegar a ser moderada.
“Hooooola amigos, hoy en “se tu propio dentista” vamos a aprender a sacarnos las muelas del juicio o cordales, para ello necesitaremos unas alicates o algo para poder sujetar con fuerza el diente, muchas drogas y también mucho alcohol para no sentir nada de nada. Además, comprar un cubo puesto que la pérdida de sangre con estos métodos puede llegar a ser moderada.
En primer lugar
seleccionaremos la muela a quitar como estoy haciendo yo ahora mismo en este
momento y cogeremos los alicates para empezar a tirar. Recordad que los
esfuerzos han de ser cortos y con mucha fuerza, de lo contrario solo haremos
tonterías, de todas formas yo lo haré en directo para que lo veáis, pero antes…
un consejo de limpieza de dientes de mi amigo Norberto…”
“Ahora que
empiezan las navidades con la llegada del turrón y los polvorones, nuestras
paletas sufrirán muchos trastornos de color por lo que hemos de cuidarlas con
los mejores productos, así que tendremos que cepillar con un cepillo de punta
metálica lleno con pasta de dientes casera hecha con un poco de menta, algo de
alcohol 96 y un poco de nata para cocinar para darle consistencia, y repetir el
proceso dos veces por semana para así obtener una sonrisa radiante. Ahora les
dejo otra vez con Juan que les terminará de explicar cómo retirar las muelas
del juicio en tu propia casa…”
(Ahora se vería
el baño del tío con un chorro de sangre mojando el lavamanos mientras se mueve
como un loco mientras se oye lo que pondremos a continuación).
“me voy a piiiiii
en todo, piiiiiii como duele , andá la piiiii de tu hermana, AHHHHHHHHHHHHHHH…”
(Se pone la pantalla en azul y se acaba el vídeo).
Siguiendo con la historia
principal, ambas se regalaban unas miradas cada vez más pasionales, unas
bonitas sonrisas y cada día intentaban alargar más la conversación del típico “¿Qué
tal?”. Y así pasaban los días en la consulta dentista de Villanueva de la
Dehesa, hasta que un día, Herme, harta de conocer a tan poca gente en el pueblo
(ya sé que no lo dije antes, pero había llegado hace poco al lugar y no había
conocido mucha gente interesante en este periodo), pues invitó a cenar a Rocío
(recordemos que la invitación española consiste en que los dos pagan, ahora la
invitación es el detalle de tener huevos u ovarios en este caso para decirlo).
Rocío aceptó encantada (sabía que
era el momento de meter ficha ahora, y joder si lo hizo). Fueron a una pequeña
tasca situada en la plaza central de la localidad donde a base de cañas y tapas
las dos acabaron contentillas (es decir, como cubas, pero dentro del límite al
que hablar no se resume a dos graznidos que uno hace como que entiende pero
solo asiente), y Rocío fue moviéndola en el terreno en el cual le interesaba, sorprendiéndose
de la receptividad de Herme.
En resumen, Herme amaneció en la
cama de Rocío sin ropa interior y consciente y feliz de lo que había ocurrido
la noche anterior. Bien, no me he metido en detalles aún puesto que como
vivimos en un mundo donde está de moda el tema de las 3 dimensiones, ahora
mismo solo tenemos dos, y habremos de añadir una tercera dimensión la cual
llamaremos Panfilo.
Esta nueva dimensión entraría en
acción en la consulta de la que tanto ha tratado esto una oscura y devaluada
mañana de noviembre, con una sonrisa simpática tirando millos a diestro y
siniestro en la misma, con la sorpresa de que esta vez sería efectivo. Es decir,
mediante un “Oye, tienes Whatsapp?” a la que inexplicablemente hubo una
respuesta positiva por parte de Rocío (se aburriría de jugar al buscaminas allí
en la oficina), empezó a forjarse una conversación con todas las indirectas
posibles por parte de Panfilo que acabo en una cita a 3 bandas.
EN LA ESQUINA DERECHA, CON BRAGA
ROJAS Y 65 KILOS DE PESO, VENIDA DESDE LAS ARCAS PERSONALES DE PUTIIIIIN,
ROCÍOOOOOO DASOUL!!!!!.
EN LA ESQUINA DERECHA, CON BRAGA
AZUL Y 64 KILOS DE PESO, VENIDA DESDE LAS MÁS PROFUNDAS LADERAS DE LA ESTEPA
LATINAAAAA, HERMENEGILDAAAAA HERNANDA!!!!!.
EN EL CENTRO DEL RING, CON 85
KILOS DE PESO, Panfilo.
Y se fueron a la misma tasca
donde se forjó la relación en dos dimensiones anterior, en busca de nuevas
experiencias, y con la misma cantidad de alcohol en sangre volvieron al lugar
de los hechos, y si, ahora vienen los detalles.
Mientras Herme y Panfi
conversaban, Rocío preparaba 3 copas de vino. Cuando llegó con ellas, a la luz
de las velas ambos se sentaron y las chicas ya estaban entonadas, tanto que
empezaron.
Destacar que ya estaban ambas en
camisones que ponían “#SWAG”, no entiendo nada sobre este tipo de camisetas ni
el postureo ni nada (supongo que será jerga dentistóloga de esa rara). Y bueno,
debajo del camisón (digo camisón como podría decir una camisa sin mangas de
talla XXXL para que llegará por encima de la rodilla y así ahorrarse el vaquero
braga este nuevo) pues se encontraba lo básico, que duraría poco.
Rocío, que estaba sentada muy
cerca de Herme, empezó a meter su mano por debajo del camisón de una forma descarada
para que Panfi se diera cuenta y a subir lentamente hasta llegar a la zona recreativa
mientras que Herme, para no quedar como la parada, pues la imitó, pero subía en
otra dirección y se iba acercando más y más a Rocío. Dio un sorbo largo a la
copa y la dejó en la mesa para subir lentamente con sus dos manos por su torso apolíneo
y llegar a sus senos mientras levantaba con otro movimiento el camisón y se lo
quitaba sin usar las manos (ojo a la técnica perfeccionada). Panfi se
encontraba enfrente patidifuso y más empalmado que un gallo en un corral, pero
seguía observando mientras ellas lo invitaban con la mirada, cosa que él no
llegaba a traducir a su cabeza. Ellas seguían erre que erre, tanto que ya nos
encontramos sin camisones sin sujetador y ya con las manos columpiándose en las
zonas recreativas (en día de lluvia, pero la felicidad de estas manos es como
la de un niño, que no la para nada, si las manos estaban felices imaginaos el
resto…) de cada una.
Panfi ya había determinado que
era el momento de pasar a la acción, así que se sacó su camisa como pudo y la
tiró lejos y se abalanzó sobre ellas cual perro en celo al tobillo de una mujer
que pasea por el parque tan feliz con tacones.
¿Sabéis el problema de lanzarse
tan cachondo al ataque?
Vamos a explicarlo así por el
aire con algo de base científica.
85 kilos frente a 65, son 20 de
diferencia, a los que no están acostumbrados algunos miembros como extremidades
inferiores. A esto le sumamos el abalanzamiento, es decir, todo lo que sube
baja, y con fuerza, así que el cuerpo llevaba aceleración de bajada y la mayor
fuerza. El tropiezo de la rodilla de Panfi con la mesa donde estaban las copas
de vino, las cuales ahora podremos asistir a su funeral, y también de la mesa
armada a partir de las instrucciones de un sueco que no fabricó nada pero que
sabía que nunca iba a sobrarle ningún tornillo. Y recalcamos que el tropiezo
hizo caer de una forma lateral con mayor masa hacia los dos cuerpos que se
encontraban ya de fiesta y distraídos ante tal hecho.
Resumen, una de las rodillas de
Herme sufrió tanto que se la llevaron en ambulancia, Rocío recibió un cabezazo
en uno de los brazos que le tatúo un bonito ovni ovalado con el que podría
presumir. Por otro lado Panfi entre el morado en la rodilla de la colisión de
la mesa y la doble hostia por parte de cada una de las doñas, acabó con la cara
bien caldeada y al día siguiente no necesitó anestesia para sacarse la muela
del juicio final.
Pero esta vez el encargado fue el
dentista jubilado puesto que no pudo volver a entrar a la ÚNICA consulta
dentista en todo el pueblo por la orden de alejamiento que le interpuso
Hermenegilda.
Ellas dos vivieron felices y
comieron tostadas.
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